Gabriela Batista. 0bra pictórica 2003 2011
Gabriela Batista, artista joven, enérgica y de auténtica sensibilidad hacia nuestro entorno físico y social, es una constante inquisidora de la contemporaneidad de la cual ella forma parte y la refleja en su obra figurativa. La manifestación pictórica de Batista se ha ido desarrollando con diferentes temas desde el año 2003, (“Desgate urbano I y II”, acrílico y óleo sobre lienzo) ella excursiona en una crítica social hacia áreas marginales de ciudades, utilizando grandes íconos religiosos, en este caso cruces, e íconos religiosos que penetran y se plantan en ciudades de edificios deteriorados por el mal uso de nuestra humanidad, determinado por los colores sombríos -marrones y rojos y grises- que simbolizan decadencia.
En el año 2004, su consternación hacia la contaminación ambiental, se manifiesta una vez más con un elemento específico en el deterioro del entorno citadino: las fábricas que emiten químicos y continúan inmundas en su propósito de fábricas de dinero. Los elementos plásticos en las obras son logrados por el uso apropiado de la perspectiva, y los colores grises, rojos y negros, emitiendo humo (“Fénix”, acrílico sobre lienzo). Su composición, de tema oscuro por su significado y paleta, poseen un sentido de estética, con voces de ruido y capturan un instante donde las formas arquitectónicas son protagonistas, como sucedió con la obra de Edward Hopper, contrastando sin embargo con el silencio y melancolía que emanaban en la obra del maestro norteamericano. Los edificios una vez más sirven de testigo, para bien o para mal, del acontecer humano. Osadamente incluye también el elemento visual de las púas (anteriormente observamos las espinas en una imagen del rostro de Cristo, en su obra “Ojo al Cristo” que flotaba en una de sus ciudades contaminadas).
Contamos también en este mismo año, con el surgimiento de imágenes de mariposas Monarca, insecto metamórfico y que en abundancia, son el significado en español del nombre de su país de origen, Panamá. Las mariposas están sobrepuestas en espacios de edificios en ruinas y ciudades contaminadas, logran balance y movimiento pero trabajadas de forma más delicada y pulida, sobre paredes de madera, donde también trabajó con el cuchillo de paleta, situación que causan un gran contraste y choque. ¿Son estos seres sobrevivientes que simbolizan pureza en un ambiente hostil?
Los temas de bosques surgen, logrando un estudio de la anatomía de árboles sin hojas, en los cuales podemos encontrar un lirismo, y angustia: se pudiesen percibir las ramas como venas y como manos implorando al cielo, donde apuntan. Estas obras miradas como desde ventanas, de aproximación exagerada, tienen un fondo blanco y limpio, casi denotando pureza. En el año 2006 repite el fondo blanco con la serie “Senseless”, donde muestra animales con pieles de patrones reconocibles y en peligro de extinción en las pieles de jaguar, tigres y cebras, pero que no logran la fuerza de los majestuosos árboles.
Gabriela Batista, quien es licenciada en ciencias computacionales y artes plásticas especializada en el Art Student League en New York, decidió dejarse llevar por su profunda inquietud estética comienza, inconscientemente, a encontrar su camino en la manifestación plástica con la aplicación de figuras geométricas que ya había utilizado al experimentar con vírgenes trabajadas de manera cubista en años anteriores. Los rectángulos de diferentes formatos aparecen en el fondo de las composiciones de colores análogos a las cañas de azúcar, que son el tema principal y que se encuentran en un primer plano en su serie “Dulce Sabor Latinoamericano”, (Entre cañas, acrílico sobre lienzo, 2010), cuyo índole social fue dominante, y de cuya composición, aún experimental y atrevida, muestra imágenes leídas como trabajos de diseño gráfico.
La madurez palpita en la serie más reciente de Batista “GaBa CoDes” (2011). Esta es acertada, optimista y un reflejo conjunto de su interés arquitectónico y su visión social y tecnológica. En ella encuentra su voz, que es la totalidad de su ser contemporáneo y cuyo estilo nos lleva a compararla con orígenes de la obra de Piet Mondrian, (artista neo plástico) y a Kasimir Malevich (suprematismo y constructivismo). Cuyas formas geométricas yacían en un fondo aparentemente sencillo y blanco, resaltándolas.
Las obras, cuyos colores son limpios y la composición basada en los elementos presentes en un chip electrónico, en un QR Code o en una ciudad, manifiestan la complejidad de las formas usando más que nada lo plano y algo de perspectiva por las diagonales insinuadas. Ellas, como en “Test code” (acrílico sobre lienzo, 2011) pueden simbolizar patrones aleatorios de ventanas de ciudad y a la vez una vista en planta de una ciudad, también de patrones complicados y matemáticos, de formas encasilladas, como los humanos que la habitan.
En esta serie, los QR code (Quick Responsa codes) que aparecen junto al título de las obras, permiten interactuar al lector de la obra mediante su escaneo, utilizando un Smartphone y un QR Code reader como el SmartLife, y presenta imágenes del proceso de creación de cada una de las obras de la serie “GaBa CoDes” como una obra contemporánea y global.
Prof. Ella Faulkner
30 de diciembre de 2011
Curadora del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá
Curadora del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá
Panamá, Ciudad de Panamá